El angosto desfiladero de la Hermida sirve de mágica entrada a los fabulosos paisajes de la comarca de Liébana, cerrada por las altas sierras de Peña Sagra al oeste y por los espectaculares Picos de Europa al este. Superado el vertiginoso congosto, descubrimos una región de pueblos medievales llenos de encanto, iglesias milenarias que guardan veneradas reliquias y naturaleza salvaje y poderosa, donde encontraremos buitres sobrevolando, tímidos rebecos o, si tenemos suerte, osos pardos, el animal emblemático de la zona.